PEDRO, EL NIÑO VIAJERO.

Érase una vez, un niño llamado Pedroque viajaba por el mundo en globo. Quería conocer otros países, otras ciudades y hacer amigos por todas partes. Un día, cansado de estar viajando por el cielo, entre las nubes, decidió aterrizar en una bonita playa. Dio un paseo por la orilla y el agua del mar estaba tan fresquita y limpia, que se metió a nadar. Cuando más tranquilo estaba, apareció un pulpo enorme y Pedro se asustó mucho pensando que el animal quería comérselo, pero el pulpo, a pesar de su gigantesco tamaño, sólo quería ser su amigo. Así que decidieron recorrer el mundo juntos. El niño cambió su globo por un barco. Los dos surcaron el mar para conocer otros lugares. Durante el viaje, el pulpo se perdió y Pedro decidió atracar el barco en un puerto de un pueblito pesquero, a ver si aparecía su amigo. En lo que lo esperaba, se dió un paseo por las calles. De repente, de entre unos árboles, apareció un toro muy grande.El niño pensó que podrían hacerse amigos también, pero ese animal empezó a correr hacia Pedro con muy malas intenciones.Se asustó porque lo que quería el toro era clavarle sus cuernos. Salió corriendo hacia el barco para protegerse del animal. Cuando llegó de nuevo al puerto,unos tentáculos gigantescos salieron de improviso del agua del mar. Era su amigo. Con un rejo cogió al niño y lo metió en el barco, poniéndolo a salvo. Con los siete tentáculos restantes, le tiraba piedras al toro para alejarlo de allí. Cuando el toro se fue, los dos amigos se abrazaron muy contentos por estar juntos de nuevo, sanos y salvos. Y así, juntos, se fueron por los mares y océanos del mundo. Conociendo otros lugares, otras personas y animales.
Y colorin colorado...

.